Furor por el Mundial. Las cábalas más insólitas para ver los partidos de la selección argentina (y que gane)
Antes de que empiece el partido, cada uno debe estar en su lugar. Nada puede ser distinto. Y el ritual hay que repetirlo, aunque signifique un sacrificio. Por ejemplo, viajar tres horas y media al trabajo, y otro tanto de vuelta, aunque ese día le toque franco. Es el caso de Luciano L., que es vigilador, tiene 31 años y trabaja en un barrio cerrado en San Isidro.